Siempre quise narrar mis historias, sean reales o no, de la forma mas detallada posible; Siempre quise ser clara en mi exposición y que sepas que me pasa; Siempre encontré el modo de hacerme entender. SIEMPRE QUIERO.
28 junio, 2009
RAZONES
hoy te vi
No te puedo perdonar, y lo sabés. No suelo ser rencorosa, pero te mandaste una cagada grosa. A pesar de eso, sos el unico al que puedo decirle esto, al que debo decírselo... y lo lamento muchísimo, porque me provoca mucho dolor.
25 junio, 2009
MAM
Wake up alone-
estoy tan paralizada, que ni me pregunto donde está el,
tan harta de lamentos,
así me he vuelto últimamente,
cuando me doy cuenta hago un giro de 180 grados
y me mantengo ocupada limpiando la casa,
por lo menos mientras tanto no estoy bebiendo,
doy vueltas para no tener que pensar en creer
que el sentido silencioso de satisfacción
que todos tenemos,
simplemente desaparece cuando el sol se pone.
Su cara en mis sueños, me arrancan las entrañas,
él me inunda de temor
empapando el alma,
nada en mis ojos junto a mi cama
y arrojándome sobre él,
la luna que se desparrama
y yo... me despierto sola.
Se incomoda mi corazón,
preferiría estar impaciente,
el segundo que interrumpe mi sueño me alcanza y estoy exhausta
con un dolor en el pecho,
porque mi día de hoy terminó ahora,
la oscuridad me cubre, y no puedo escapar,
mi sangre corre fría,
estoy de pie frente a él
es todo lo que puedo hacer para retenerlo
cuando el viene hacia mí,
derramo mis lágrimas por él esta noche,
ahogándome, nos bañamos bajo la luz azul.
Su cara en mis sueños, me arrancan las entrañas
el me inunda de temor
empapando el alma,
nada en mis ojos junto a mi cama
y arrojándome sobre él,
la luna que se desparrama
y yo... me despierto sola,
y yo me despierto sola,
y yo me despierto sola,
y yo me despierto sola.
sin palabras.Bebe
no diría nada, no diría nada
Si tuviera por un momento el tiempo en mis manos
Solo te olvidaría, no harían falta mas cosas
Solo sin palabras
Sin palabras para no herir,
para no conocer nada de ti
Sin palabras para no escuchar tu voz
y luego tener que echarla de menos
Tú me decías carita linda
Cuando dormía en tu cama
Ahora no dices nada
Ahora no dices nada
Tu me decías carita linda cuando dormía en tu cama
Mejor no digas nada
Las balas no hieren a los fantasmas
Van Sin palabras para no herir,
para no conocer nada de ti
Sin palabras para no escuchar tu voz
y luego tener que echarla de menos
Sin palabras para no herir,
para no conocer nada de ti
Sin palabras no
Estoy subida en un columpio que esta parado
Todo se balancea a mi alrededor
Y hoy hace frío, hace frío en la calle, hace frío...
No quiero oír ni una palabra más
Voy a borrar cada sonido de mi voz
Sin palabras para no herir,
para no conocer nada de ti
Sin palabras para no escuchar tu voz
y luego tener que echarla de menos
Sin palabras para no herir,
para no conocer nada de ti
Sin palabras para no escuchar tu voz
y luego tener que echarla de menos
Sin palabras nooo
No quiero oir tu voz
Oh oh oh oh oh
18 junio, 2009
Infinit00000
y ahora me dueles
si todo lo que nace perece, del mismo modo
un momento se va
y no vuelve a pasar
Y decían: '¡qué bonito!' era vernos pasear
queriéndonos infinito
pensaban: 'siempre será igual'
¿cómo lo permitimos, qué es lo que hicimos tan mal?
¿fue este orgullo desgraciado
que no supimos tragar?
Engáñame un poco al menos
dí que me quieres aún más
que durante todo este tiempo
lo has pasado fatal
que ninguno de esos idiotas te supieron hacer reír
que el único que te importa
es este pobre infeliz
Me calaste hondo
y ahora me dueles
si todo lo que nace perece, del mismo modo
un momento se va
y no vuelve a pasar
Y el día que yo me muera y moriré mucho antes que tú
sólo quiero que una pena
se lloré frente a mi ataúd
que esta herida en mi alma no llegó a cicatrizar
y estará desesperada
hasta que te vea llegar
Me calaste hondo
y ahora me dueles
si todo lo que nace perece, del mismo modo
un momento se va
y no vuelve a pasar
un momento se va
y no vuelve a pasar
un momento se va
hoy, el lunes
medio año
13 junio, 2009
ntbk
10 junio, 2009
El ÚLTIMO DESEO.
Un flechazo de oro turbó mis sueños y la desesperación se hizo notar en el empañado vidrio de mi frío dormitorio.
Todo era oscuridad.
El brillo del gélido metal penetró en mi pecho y como torrente volcánico de lava ardiente, la sangre demostraba mi ser vivo.
Dolor.
Dolor en cada milímetro de mi alma, ya que mi cuerpo, inmóvil, no daba señal de molestia alguna. Inerte. Sólo permanecía quieto, esperando que todo pase.
Siento esa presencia. Ese ser que me mira, pero yo no puedo verlo. Él es el culpable de mi agonía.
Muero.
Duele.
Despierto.
No puedo respirar. Estoy agitada, transpiro, el terror me invade, intento recordar una imagen, un olor de ese ente, pero no puedo.
Todo es silencio, horrendo y monótono silencio que sólo me asusta más, mientras que en mi cuarto un hilo tenue de luz ingresaba por una gran ventana.
Ruidos.
Ruidos del exterior. Una fuerza inexplicable me empuja a averiguar qué es, pero mi miedo me detiene.
No quiero.
Siento que el dolor de observar me va a golpear mucho peor que mi reciente pesadilla. Y el de las anteriores.
¿Qué es?
¿Qué sos?
¿Qué buscas?
No.
Me desespera saberme vulnerable, creerme incapaz de salir de este terror que consume mi vida, segundo a segundo.
Algo me guía al inmenso ventanal, mis manos se posan rotundamente en el vidrio que suda y lentamente abro mis ojos.
Todo se aclara, es de día y te veo escapando de algo, de alguien, no sé. Allí estas, bello y perverso, enloqueciendo mi frágil mente.
Te deseo, pero mis gritos no son escuchados.
Desapareces y despierto otra vez. Esta situación fue producto de mi perturbada mente, que solo busca responder miles de preguntas. Estos malditos sueños me atacan día a día, manipulando mi razón.
Y vos, culpable de todo, de todas y cada una de mis enfermedades, miedos, locuras.
Vos, que perdidamente decías quererme, a tal punto de ser todo... te fuiste.
No sólo eso, me matas con tu recuerdo continuo, con el dolor que dejó tu pasar a mi lado.
Y ella, ésa a la cual tú amabas o sólo usabas para saciar tus necesidades e instinto animal, ésa, con la cual decidiste disfrutar tu vida, ésa, mientras yo, pasaba mi rutina viendo en el ventanal que tú entraras con rosas para halagar mi inútil existencia. Creí en vos, en tus palabras, en tu supuesto amor. Te juré pasión con mi alma y sangre y tú, teniendo todo de mí, optaste por morir a su lado, a sus pies... entregándole la vida...
¿Tanto fue ella?
¿Tan poco fui yo?
Tu muerte era mía y se la regalaste.
Tu ser inútil, tu cuerpo, tu mente, todo era mío. Pero perdí tu corazón.
Y me persigues ahora... porque sabes que planee su muerte y no lo logré. Porque intenté recuperarte de mil modos, sufriendo y llorando océanos de oscuras lágrimas, vanamente.
Quisiste morir con ella, olvidando tu promesa de fuego.
¡Impostor!
Todavía sos mío... porque aún me buscas queriendo matar lo poco que queda de mí... sabías lo débil que soy para lastimar a otro ser... ¡Sí!
Fue ella la engañada, tú moriste para que ella por fin muriese.
¡Ya entiendo!
Soy una idiota, tú sigues amándome, desde donde diablos estés.
Pero... si vos me diste tu vida y yo te di la mía... ¿Qué hago aquí respirando?
Ya sé mi amor lo que buscas en cada sueño... aunque creo que debimos haber muerto los tres. Pero eso ya sucedió.
Te doy, pues, mi vida solitaria a modo de ofrenda, soy tuya... siempre lo fui, aún sin tu presencia corpórea.
Tu alma me rodea, me lleva...
¡Sí mi amor!
¡Te seguiré!
Hasta que el amanecer encuentre en mi alma nuestra promesa de amor.
Días más tarde, una vecina de Lady Rursfeld, preocupada por el nulo movimiento del hogar, decide presentarse en el mismo, para averiguar que sucedía y si era necesario, cuidar un tiempo a la delicada viuda. Fue, tanto para ella como para la población, sumamente extraño encontrar la casa totalmente vacía, con la puerta abierta de par en par y con un ventanal de una de las tantas habitaciones roto y empapado en un charco de sangre.
El comisario del lugar comenzó una extensa búsqueda, sin muchas noticias, hasta cierta tarde del invernal mes.
Allí estaba ella, abrazada a una lápida del cementerio de la colina, en la que se leía: "Aquí yace Peter Rursfeld, eternamente mío"
Tenía puesto el vestido que utilizó para su boda, su pelo rojo brillaba entre tanta gris soledad y en su pecho, justo en el corazón, brotaba un manantial. Bastó una sola apuñalada con un vidrio punzante para acabar de una vez por todas, su angustia.
A sus pies permanecía una carta remitida a quien encontrase tremendo cuadro, con sus últimas incoherentes palabras:
A mi descubridor:
Primero pido que no me juzguen por nada.
Quiero un vestido negro, para poder asistir con el a mi propio funeral.
Entiérrenme a su vera, él fue mi amor. Al último cuerpo enterrado de mujer, quítenlo. Aquí solo hay lugar para una.
No lloren, él me pidió que lo acompañe, necesita mi presencia continua.
Perdonen las molestias, cuiden mi hogar, visitaré sus sueños.
Seré por fin feliz.
Lady Rursfeld.