05 junio, 2015

NUNCA TE ENAMORES DE MI

No te enamores de mi sonrisa, de mis labios y de mis ganas intensas de besarte. Nunca te enamores de mis sueños, de mis ambiciones, de mi pelo y de mi forma de cocinar. Tampoco lo hagas de mis amigos, de mi  familia o de mis libros.
No te enamores de mi forma de bailar, de mi piel y del sabor de mi piel. No te enamores de mis chistes malos, de la forma extraña de atarme los cordones con dos nudos y de los silencios que extiendo en el tiempo. Tampoco de mi curiosidad ni de mis manías, de mis corpiños de encaje, de mis zoquetes. O de mi ropa interior. 
Nunca te enamores de mis viajes, de mis historias, de mis millones de lunares. No te enamores de mi cara, de mis ojos ojerosos y mis pestañas con el rímel caído. Tampoco lo hagas de mi bondad ni mi maldad, de mis días iluminados ni de mis días mala onda. Nunca te enamores de mis canciones predilectas, mi bandas amadas, de mis lugares favoritos o del vino que más me gusta. Y jamás, jamás te enamores de mi deseo incontrolable de verte y estar a tu lado todos los días.
Nunca te enamores de mi trabajo, de mis discusiones y mi postura política. Ni de mi militancia, mucho menos de las poesías que adoro. Tampoco de mi talla ni mi perfume. Ni de mis dedos entrelazando los tuyos bajo la almohada. Nunca te enamores de mis besos desesperados, de mis abrazos por la espalda y de los secretos que te cuento antes de dormirnos. Tampoco de la complicidad que tengo contigo, solo contigo, cuando hacemos el amor.
Nunca te enamores de mi. En serio. Enamorate de ti.
De tu sonrisa, de tus labios y de tus ganas de besarme. De tus sueños, de tus ambiciones, de tu pelo y de tus fideos. De tus amigos, de tu familia o de tus perros.
Enamórate de tu forma de bailar, de tu piel y del dulzón sabor de tu piel. De tus chistes, de la forma de atarte los cordones de tus botitas y de las charlas donde desplegás todo tu conocimiento. De tu curiosidad y de tus manías. De tus remeras. O de tu ropa interior. 
Enamórate siempre de tus viajes, los hechos y los futuros, de tus historias y tus lunares (de todos). Enamórate de tu cara, de tus ojos y tus pestañas. Hazlo de tu bondad y tu maldad. Enamórate siempre de tu forma de bailar, de tus lugares favoritos o del vino que más te guste. Y ni se te ocurra NO enamorarte de tu deseo incontrolable por verme y estar a mi lado todos los días.
Enamórate de tu trabajo, de tus canciones variadas y tus libros. De las luchas, las charlas, tu postura frente al mundo. De tu color favorito, de nuestros dedos entrelazados bajo la almohada. Y enamórate de tus besos, de tus abrazos y de los secretos que cuentas antes de dormirte. Enamórate de la complicidad que tienes conmigo, solo conmigo, cuando hacemos el amor.
Ya enamorado de ti, si quieres, enamórate de mi. El amor completa, y quiero que te compartas a mi completo.